Sunbathed small wooden studio in calm forest near Barcelona

Sun, 6 Mar 2016 15:08:41 -0500

Tasked with building a tiny studio in the hills outside Barcelona, architect Pablo Serrano Elorduy created an all-wooden shelter stunning in its simplicity, efficient thanks to smart design.

The orientation takes advantage of Spanish sun for heating: large windows open the South side to winter sun; protective shading blocks direct summer sun. Serrano cut small windows into the North side (even though the steep hillside blocks any views) so that temperature and pressure differences produce natural cross ventilation and cooling during summer months.

Prefab construction assured minimal waste of building materials and more importantly, provided a continuous layer of insulation (natural biodegradable wood fiber with an extra breathable layer to minimize internal condensation). By eliminating thermal bridges, the home is up to 80% more efficient in climate control than a conventional build.

The building’s timber was sourced from the Catalan Pyrenees (just 2 hours away) from PEFC- certified forests. The exterior is finished in autoclaved-treated fir wood, the interior finishes are 3-layered plywood and pine, with the non-visible stuff (e.g. backs of cabinets) a more affordable OSB.

The studio is just 76 square meters (818 square feet), but the open plan makes the space feel large. Currently it’s being used as an office for two, but, complete with wooden bathroom and shower (lacking only a kitchen), it was built to be easily transformed into a small home.

Water is captured from the roof and surrounding pavement and stored in 7 water tanks (holding up to 10 cubic meters of water) which is used for watering the very large, organic kitchen garden lower on the hill.

by kirstendirksen

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Itinerancia en autocaravanas DIY: reviviendo el mito surfero

Wed, 17 Feb 2016 13:19:52 -0500

En la novela de Andy Weir The Martian, su protagonista, Mark Watney, un Robinson Crusoe en Marte que se propone sobrevivir con argucias de Apollo 13 y MacGyver, tiene que realizar un largo viaje hacia una lejana base donde espera ser rescatado.

Para lograrlo, Watney cuenta con dos vehículos autónomos eléctricos que se recargan con paneles solares e incluyen todo lo necesario para sobrevivir durante cortos intervalos, así como para pequeños trayectos. Y patatas, muchas patatas.

(Imagen: @vanlifers -Instagram-)

Así que las ingenia para adaptar uno de los vehículos con partes del otro y materiales a mano, creando el equivalente marciano a una autocaravana.

Elegir aventura propia (en función de preferencias y presupuesto)

El resto, nos tenemos que conformar con convertir un vehículo terrestre en vivienda y oficina sobre ruedas, pero tras un par de semanas viviendo en un pequeño habitáculo cada decisión sobre el uso de su limitada volumetría será tan estratégica como las que toma Watney, o así nos lo parecerá.

Como en el interior de un pequeño bote, en el habitáculo de un avión, un submarino o una cápsula espacial, en una autocaravana cada centímetro cúbico cuenta, del mismo modo que llevar sólo lo esencial repercute sobre el consumo de combustible. 

(Imagen: @mercedes_tn -Instagram-)

Con la popularización de largos itinerarios durante largas temporadas en los pequeños vehículos-vivienda popularizados por surferos y hippies, ha llegado el momento de interesarse por cuestiones técnicas y logísticas, y no sólo por el carácter romántico de supuestas aventuras idílicas que ya no vienen enlatadas (como la sopa Campbell de Warhol), sino que se transmiten en forma de bits a la pantalla de nuestros dispositivos.

Sobre el fenómeno de compartir experiencias en autocaravana

Eso sí, corren el riesgo de compartir su carácter ilusorio con las aventuras en lata, si quienes las experimentan no optan por explicar todo tipo de momentos y situaciones mientras están en la carretera. 

Hay vida más allá de las puestas de sol, los acantilados y las colinas abiertas a fértiles valles.

Las fotografías en torno a temáticas (sí, todos nos referimos a ellas como “hashtags”) populares en Instagram, Pinterest, Flickr, etc. alcanzan una popularidad que trasciende los tradicionales foros y clubs de aficionados.

(Imagen: @homesweetvan -Instagram-)

Un ejemplo citado entre aventureros y quienes experimentan con conceptos como la itinerancia (intersección entre vida sencilla, nomadismo postmoderno, precariedad laboral y existencialismo de la generación Y) es la vida -individual o en pareja, o incluso a veces con hijos- en la carretera a bordo de una autocaravana.

Más allá de las etiquetas de Instagram

Es la #vanlife (“hashtag-vanlife”, como explica gráficamente Simon al inicio de su aventura en autocaravana por Norteamérica con su compañera Shelby y el perro de ambos, en un vídeo producido y editado por Kirsten):

Shelby y Simon prescindieron de sus pertenencias menos esenciales, compraron y modificaron una vieja autocaravana (primó lo económico y funcional sobre lo estético o prestigioso: ni Volkswagen Westfalia ni costosos modelos equiparables contemporáneos), y emprendieron un viaje desde el Este de Canadá hacia el suroeste de Estados Unidos, trazando una diagonal en la vasta extensión continental.

Pero, como Shelby y Simon explican en su experiencia en autocaravana (su #vanlife, bromea Simon), vivir, viajar y trabajar en itinerancia no es siempre fácil, ni fotogénico, ni parece -al menos, mientras uno se encuentra sobre el terreno, experimentando las dificultades- siquiera tener sentido.

(Imagen: @live.work.wander -Instagram-)

Shelby y Simon y la experiencia de *faircompanies

Entonces llegan los otros momentos: la clarividencia, la magnanimidad del paisaje, los momentos de reflexión, los lugares hasta entonces inexplorados… y también las dificultades económicas y el estigma de viajar y vivir (también trabajar) en un habitáculo sobre ruedas.

Y también los pequeños triunfos: decidir adónde ir y dónde vivir, trabajar o dormir en una jornada determinada, o tratar de subsistir con un negocio propio (en el caso de la pareja canadiense, se trata de servicios de videografía para bodas y eventos).

(Imagen: interior de la rara autocaravana Vixen 21, fabricada en Estados Unidos entre 1985 y 1989 a partir de los diseños del ex ingeniero de General Motors Bill Collins)

Las reflexiones de Shelby y Sam tienen cierta correlación con las apreciaciones que Kirsten y yo compartimos en un viaje familiar (más corto en espacio y tiempo) en autocaravana por el Noroeste del Pacífico de Estados Unidos (germen, a su vez, de un documental previo de Kirsten, Summer of -family- love).

Minimalismo como opción para una vida examinada

Tras ver el documental sobre nuestras dos semanas y cuatro mil kilómetros recorridos al ritmo de una Volkswagen Vanagon LE con techo elevable de 1981 -que compramos y vendimos aquel mismo verano por el mismo precio: 5.000 dólares-, una suscriptora del canal de YouTube de Kirsten nos preguntó una suscriptora del canal de YouTube de Kirsten nos preguntó:

“¿Cómo ha cambiado vuestra opinión sobre vuestra vivienda permanente desde que hicisteis este viaje?”.

(Imagen: carrocería de la rara autocaravana Vixen 21)

Mantenemos la respuesta de hace dos años: “Déjanos citar a Thoreau aquí: ‘Nuestra vida es malgastada en detalles. ¡Simplifica, simplifica, simplifica! Yo digo: procura que tus asuntos sean dos o tres, y no cien o mil; en vez de un millón cuenta media docena, y que tus cuentas quepan en la uña del pulgar’.”

Imágenes cosméticas de la realidad y lo que subyace tras ellas

Dos años después, tanto Shelby y Simon como Kirsten y yo mismo, y muchos otros, comparten sus vivencias en la carretera. Instagram, Pinterest, Facebook o Twitter popularizan imágenes fotogénicas que muestran un idilio de la casa portátil (la “máquina” mantenida con la “Calidad” de la experiencia, según el significado que otorga al concepto Robert M. Pirsig, filósofo y autor de Zen y el arte del mantenimiento de la motocicleta).

(Imagen: @trailsurfing -Instagram-)

Pero el idealismo fotogénico de #vanlife y otros repositorios similares de experiencias registradas en la vida itinerante a bordo de una autocaravana -sobre todo, fotografías con el aura de postales retocadas con el Photoshop actual: filtros predefinidos en cámaras digitales y teléfonos inteligentes-, olvida la parte importante de la experiencia:

  • el tiempo tedioso o contemplativo al acabar o antes de iniciar la jornada; 
  • el ascenso cotidiano de las pequeñas inconveniencias de carecer de comodidades presentes en cualquier vivienda moderna, por pequeña y humilde que sea;
  • el agotamiento acumulado;
  • el rutinario mantenimiento del vehículo y su habitáculo, donde uno viaja, descansa, trabaja;
  • la gestión cotidiana que esconde la cámara;
  • y toda la interacción que una imagen “inauténtica” (según el significado otorgado a este concepto por los filósofos fenomenólogos Martin Heidegger y Jean-Paul Sartre) trata de pasar por alto, a menudo con éxito, lo que borra cualquier pátina de realidad de la experiencia.
  • etc.

Cámpers DIY: hacerse uno mismo su propia autocaravana

Shelby y Simon muestran que optar por la vida itinerante y registrar su desarrollo no tiene por qué pecar de fabricación de la realidad, ni idealizar los momentos y paisajes que no requieren más retoque que el oficio de uno mismo, según su mirada y pericia, al interpretar la realidad.

Tampoco hace falta -demasiado- dinero, ni un modelo de autocaravana “homologable” a las tendencias en Instagram, ni siquiera actuar de acuerdo con patrones estéticos y de conducta emulados de documentos gráficos que, volviendo a Heidegger y Sartre, se quedan en la superficie estética y olvidan lo subyacente, lo “auténtico”.

(Imagen: un Land Rover como alternativa de autocaravana todoterreno a la buscada y cotizada Vanagon T3 Westfalia Syncro 4×4)

Más allá de qué se espere de una aventura itinerante, y de dónde sitúen quienes la realizan el foco de la cámara para registrar su experiencia (a menudo, dando cuenta de ella en Instagram, usando etiquetas como la mencionada #vanlife), el fenómeno ha pasado de nicho pseudo-hippy a experiencia aspiracional con vocación mayoritaria.

Características de este sueño compartido: atraen, a tenor de la popularidad de las imágenes, los vehículos ágiles: suficientemente pequeños, baratos, asequibles, con consumo de combustible más similar a una gran berlina que a un camión.

(Imagen: @overlandaccessories -Instagram-)

Utilidad, “calidad” (Pirsig): más allá de lo superficial

Cámpers, en definitiva, con la legendaria autocaravana de Volkswagen con interior del fabricante Westfalia popularizada en los sesenta y setenta por surferos y hippies (Volkswagen Westfalia, 1950-2003). La marca fabrica ahora sus propios interiores para los dos modelos California disponibles en Europa, con o sin cocina, pica y armarios laterales. 

Actualmente, Westfalia forma parte de Daimler, que usa sus interiores en los modelos de recreo de la versión de carretera de sus furgonetas comerciales (primero el modelo Vito; y actualmente el modelo ligeramente mayor Viano, ambos con el epígrafe Marco Polo).

(Imagen: @mercedes_tn -Instagram)

La revista estadounidense Outside dedica espacio periódico tanto a las novedades comerciales, casi siempre poco asequibles, de autocaravanas tanto con producción comercial convencional como personalizadas por fabricantes especializados en interiores de recreo a medida.

Ni Outside ni sus competidoras generalistas en Estados Unidos -por ejemplo, Sunset- o de nicho -tanto publicaciones del motor en general como especializadas en motor de aventura, o incluso en caravanas y autocaravanas-, olvidan dónde se concentra la mayor parte del interés: en la adaptación amateur (“hazlo tú mismo”, DIY) de furgonetas y todoterreno para su uso como casa rodante.

(Imagen: @epochrestorations -Instagram)

Internet como recurso de conocimiento y productos nicho

El ascenso de las autocaravanas DIY ha provocado, a su vez, el aumento de recursos de Internet (desde bitácoras a fotos, pasando por páginas Tumblr o vídeos en YouTube) con consejos y tutoriales para diseñar vehículos para acampar o vivir/trabajar en la carretera.

La principal ventaja de las pequeñas autocaravanas DIY, o adaptadas por uno mismo, son tanto el coste como el nivel de personalización obtenidos. 

(Imagen: @land_rover_series_pics -Instagram-)

Eso sí, abundan los escollos, tanto técnicos como concernientes a la seguridad y homologación del vehículo recreativo. 

Las ya de por sí estrictas inspecciones técnicas de vehículos doblan su nivel de exigencia a la hora de comprobar el estado y características de cualquier adaptación no registrada en la documentación. 

Partes móviles, pesadas y/o aparatosas, con peligrosidad potencial (uso de botellas y/o tanques de propano, etc.) o capacidad para desestabilizar la marcha del vehículo corren el riesgo de entorpecer una inspección, más allá del país donde se realice.

(Imagen: instalación DIY de paneles fotovoltaicos en el techo de una autocaravana)

Plataformas populares para autocaravanas DIY

Quienes no se doblegan ante riesgos superables y optan por una furgoneta o vehículo susceptible de convertirse en plataforma de autocaravana (camioneta pick-up, todoterreno con interior voluminoso equivalente a los viejos modelos de Mercedes Clase G, Land Rover Defender, Toyota LandCruiser, furgoneta militar adaptada como Unimog, etc.), parten con algunas ventajas a la larga:

  • posibilidad de adaptar el interior a necesidades específicas, por una fracción del precio de cualquier adaptación comercial especializada por uno de los numerosos fabricantes-nicho de cada plataforma importante (Volkswagen T1-T6; Mercedes Sprinter; Ford Transporter -Europa- o Econoline -Norteamérica-; Fiat Ducato; Land Rover Defender clásico; Toyota Land Cruiser J70; etc.);
  • ahorro económico que, no obstante, deberá ser compensado con horas de trabajo y posibles escollos técnicos que requerirán asistencia y don de recursos;
  • réditos intangibles derivados la experiencia de gestionar una renovación completa de autocaravana o conversión de un automóvil o furgoneta en vehículo cámper, desde conocimientos específicos a la propia experiencia (conocimientos específicos, ampliación del círculo personal y profesional, comprensión de mecanismos de gratificación aplazada y autorrealización en una cultura que prima lo cómodo e instantáneo);
  • el placer de observar la transformación de un viejo vehículo o un vehículo comercial básico convertido en una autocaravana con personalidad propia, única e intransferible, con soluciones que parten de la visión individual de los mencionados conceptos de “calidad”, “autenticidad”, interacción de conciencia y el entorno en el que hemos sido, en terminología de Heidegger, “arrojados” (estamos encapsulados en una realidad y actuamos en función de nuestra interacción con ésta, de modo que cualquiera de nuestros productos representa nuestro punto de vista o lugar en el mundo).

La era de la cocina de inducción llega a las autocaravanas

Dakota Gale ofrece algunos consejos para convertir una furgoneta en autocaravana o remodelar un viejo modelo, evitando viejas convenciones que han perdido su utilidad e integrando nuevas necesidades: por ejemplo, paneles solares para operar electrodomésticos y recargar la plétora de dispositivos electrónicos que acompañan a un individuo, pareja o familia en una experiencia de estas características.

(Imagen: @thebusandus -Instagram-)

Con electrodomésticos como cocinas de inducción y microondas con escaso consumo eléctrico, las remodelaciones actuales sustituyen el gas por electricidad solar, reduciendo peligrosidad a la vez que se logra mayor autosuficiencia. 

Shelby y Simon, por ejemplo, adaptaron su vieja autocaravana a sus necesidades eléctricas cubriendo todo el techo del vehículo con paneles fotovoltaicos, e integrando tomas USB en distintas localizaciones del interior.

(Imagen: @forgeoverland -Instagram-)

Asimismo, usaron cinturones de seguridad para asegurar distintos elementos durante la marcha y se desprendieron de partes de mobiliario cuya utilidad era inferior a la necesidad de espacio en el habitáculo. 

Entre decenas de pequeñas personalizaciones, la pareja optó por cubrir el techo interior de la autocaravana con mapas de Norteamérica.

(Imagen: @vanlifers -Instagram-)

El interior que uno quiere por una fracción del precio

En su artículo para Outside Magazine, Dakota Gale explica las ventajas de haber optado, como ella, por convertir un vehículo en lugar de comprar una autocaravana nueva. 

Por de pronto, implica pagar fracción del precio cuando se opta por viejas furgonetas; u obtener un descuento considerable si al comprar una furgoneta nueva sin funciones de cámper. 

Gale compró una Mercedes Sprinter comercial; además del precio de la furgoneta, gastó 15.000 dólares más en integrar muebles, mostradores, una nevera de acero inoxidable y un sistema eléctrico completo integrado a los paneles solares del techo.

Vivir (y trabajar) sobre ruedas

“Hay gente que dedica seis meses a tiempo completo en la conversión, pero a mí me llevó cuatro meses a tiempo parcial”, dice Dakota Gale.

En cuanto a sus consejos, Gale apela al realismo:

  • comprar vehículo acabado u optar por proyecto DIY: un proyecto personal demasiado ambicioso puede quedar inacabado sin una planificación realista;
  • cuando se trata de un vehículo para viajar o vivir una temporada en pareja, es crucial acordar diseño y funcionalidades: en el interior de una autocaravana hay que cambiar de mentalidad en cuanto al espacio; los pies o metros cuadrados se convierten en pulgadas o centímetros cúbicos;
  • Internet demuestra su utilidad en este tipo de proyectos: búsquedas precisas conducen a todo tipo de resultados útiles que hay que cribar adaptar a las propias necesidades; Dakota Gale explica que realizó varias maquetas de cartón con distintas posibilidades para el interior del habitáculo;
  • optar por el máximo valor con el mínimo coste: en ocasiones, un costoso componente puede ser sustituido por un adaptador para ducha solar y un teléfono de ducha;
  • autogestión energética: los paneles fotovoltaicos han aumentado su eficiencia y reducido su coste hasta la marginalidad; a diferencia de los generadores de combustible, un techo cubierto con paneles solares es suficiente para conectar electrodomésticos y recargar aparatos electrónicos; si se carece de la experiencia eléctrica necesaria, proliferan los kits para autogestión energética en autocaravanas;
  • Dakota Gale recuerda el creciente interés por este tipo de proyectos, con una comunidad de entusiastas que comparte sus conocimientos, experiencias, pequeños éxitos y decepciones en redes sociales y sitios especializados.

Viaje

Vivir y trabajar en un pequeño habitáculo itinerante, aunque sea sólo durante una temporada, es una experiencia de un valor incalculable.

Lanzarse a la carretera en autocaravana implica también enfrentarse a ese presente en proyección donde tantas cosas dependen todavía -por fortuna- de nosotros. Un recordatorio de que no todo viene dado y la realidad reacciona a nuestras decisiones.

No todo son puestas de sol estilo #vanlife. Afortunadamente. Porque la vida itinerante, aunque se reduzca a un corto período, se mostrará con toda su riqueza de matices -los fotogénicos y los que no lo son tanto- a quien se tome la molestia de abandonar la inercia de lo cotidiano para viajar a lo Lao-Tsé.

Sin planes demasiado fijos, sin intención de llegar. Apenas una dirección aproximada y la mentalidad adecuada.

by nicolas.boullosa

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Cómo el ejercicio y aprender cosas nuevas asisten al cerebro

Thu, 10 Dec 2015 08:11:21 -0500

El avance de la neurociencia incurre en el riesgo del reduccionismo, sobre todo con el uso rampante de estudios en la materia que periodistas y científicos corren a relacionar con distintos campos de las ciencias de la conducta.

Empezamos a discernir algunos de los misterios de la conciencia y los procesos químicos que propulsan su vertiente física, pero apenas entendemos siquiera de dónde parte el fenómeno de la propia conciencia, ni podemos asomarnos al mundo sin pasar por el filtro de nuestros sentidos (nos recuerdan escépticos y solipsistas)…

Hasta el punto de que es difícil refutar científicamente incluso la filosofía más especulativa sobre nuestra mente y lo que ésta percibe.

Una misma persona en momentos distintos

De la conciencia parten no sólo la cosmovisión, la conducta y la ética, sino también la aptitud, la habilidad, la capacidad y la personalidad, atributos que nos hacen diferentes e irrepetibles, no sólo entre distintos individuos, sino entre nosotros mismos.

Nadie es el mismo en dos momentos distintos en el tiempo, si atendemos a la hipótesis de que la conciencia ocurre en el instante presente gracias a nuestra relación con lo circundante, por lo que carecemos de un Yo inmutable como sostiene la tradición occidental (desde Platón a Descartes o Kant) y, en cambio, nuestra mente fluye y es mutable (como sugiere, por ejemplo, el budismo).

Este “estar en el mundo” y dejarse llevar por el flujo de las cosas fue llamado Dasein por Heidegger, un concepto muy similar al de “ichinen” (donde “i” es sujeto, “chi” es energía y “nen” se refiere a la fusión de ambos conceptos), en filosofía oriental.

La conciencia fluida

Como intuyeron Heráclito, Hume, Nietzsche, la fenomenología y la tradición filosófica oriental (se especula incluso con que Hume habría leído el primer ensayo sobre budismo en Occidente), nuestra conciencia es un fenómeno que ocurre en este instante, aquí y ahora, y se arma tanto de la evocación de la experiencia como de la esperanzada proyección hacia el futuro.

Sea nuestra conciencia fruto de un espíritu prefijado que nos acompaña toda la vida (dualismo cuerpo-alma) o, por el contrario, una entidad mutable en unidad con nuestro cuerpo y proyectada hacia lo que nos rodea (Hume, Heidegger, filosofía oriental), el objetivo de la neurociencia y las ciencias del comportamiento actuales es certificar la relación entre hábitos y salud mental.

Así que, semana sí y semana también, pese a no haber certificado siquiera si la conciencia humana tiene una realidad a priori -como sostiene la filosofía dualista occidental, con punto álgido en Kant– o, por el contrario, es una realidad fluida e inseparable del cuerpo y del entorno donde se proyecta la experiencia del individuo -filosofía oriental, Nietzsche, fenomenología, existencialismo-, se repiten los artículos populares donde se sugiere la relación entre ejercicio y rendimiento mental.

Entender el deterioro cognitivo de la senescencia (para contrarrestarlo)

Nuevos estudios sugieren cómo el ejercicio asiste a la salud y plasticidad neuronal (propiedad que emerge del funcionamiento de las neuronas al comunicarse entre sí, dando lugar a un fenómeno que apenas conocemos: el surgimiento de la conciencia), escribían en Harvard Health Publications hace unos meses.

Desde The Independent, el doctor Jack Lewis explicaba hace algún tiempo cómo “sacar partido” de la plasticidad neuronal. Lewis explica cómo, del mismo modo que fortalecemos los músculos del cuerpo cuando los ejercitamos, nuestro cerebros se beneficiarían de actividades que lo animan a cambiar y adaptarse.

Estas actividades, por tanto, contrarrestarían el equivalente cerebral a la senescencia o envejecimiento, un proceso mucho más complejo que su mera reducción al fenómeno químico de la oxidación celular: el deterioro cognitivo relacionado con la edad (ARCD en sus siglas en inglés).

Plasticidad cerebral y tonificación física: sobre aprender cosas nuevas y hacer ejercicio

Según esta hipótesis neurocientífica, bastaría con retarnos de manera consistente en nuestra cotidianidad al esforzarnos en hacer cosas nuevas, para que las actividades mentales relacionadas obliguen al cerebro a reestructurarse, creando nuevas conexiones que lo adaptarían a las nuevas demandas.

En su artículo para The Independent, Jack Lewis cita algunos métodos cotidianos y al alcance de cualquiera para mantener nuestra mente en forma y retrasar el deterioro cognitivo: aprender a tocar un instrumento, jugar al ajedrez, bailar o leer.

¿Se encontraría el ejercicio físico a la altura de las actividades mencionadas para mantener en forma nuestra mente, retrasar su deterioro y, de paso, aumentar -dicen estos artículos- su capacidad (neuroplasticidad)? Hay estudios que ofrecen respuestas a medias. 

Estudios sobre deterioro cognitivo

En su entrada sobre ejercicio y salud mental para Harvard Health Publications, el doctor Howard LeWine recuerda que la mayoría de los estudios que sugieren que el ejercicio retrasa el deterioro cognitivo y aumenta la plasticidad neuronal “son ante todo observaciones, no pueden mostrar asociaciones y no son pruebas de causa y efecto”.

Por la extensión de las muestras, tiempo de observación y consistencia, estos estudios acumulan evidencias que asocian actividad física diaria (aunque sea moderada) con un mejor rendimiento y un menor deterioro cerebral, algo positivo para ese fenómeno sobre el que todavía filosofamos al desconocer sus detalles: la conciencia humana.

Las recomendaciones de Howard LeWine para que nuestra conciencia se beneficie de las virtudes del ejercicio físico están al alcance de cualquiera:

  • evitar el sedentarismo en casa y el trabajo levantándose cada hora y combinando algo de actividad física y cognitiva;
  • caminar más y usar menos el coche;
  • usar escaleras en lugar de ascensor y escaleras automáticas siempre que sea posible;
  • hacer trabajo físico (desde labores de jardinería a bricolaje, etc.).

El bienestar de las pequeñas cosas: Alvina Foisy

LeWine combina estos consejos con otras conductas igualmente asequibles, muchas de ellas asociadas al bienestar humano desde la Antigüedad, cuando los filósofos enseñaban “a vivir” (o “filosofía de vida”): dormir lo suficiente, evitar conductas de riesgo con sustancias (en nuestra era, hay que hablar de tabaquismo, sobrealimentación, alcoholismo, sobremedicación, etc.), reducir el estrés o controlar la presión sanguínea.

Nuestra actitud y actividad física frenan, por tanto, las peores consecuencias de ese fenómeno relacionado con todos los organismos vivos conocidos: la oxidación y atrofia celular. Un reciente vídeo casero muestra el poder del ejercicio y la actitud incluso en edades muy avanzadas: en el vídeo, Alvina Foisy, una mujer canadiense de 101 años, indica a su hijo que pare el coche para bajarse de él en plena nevada y a temperaturas bajo cero.

Sin pensárselo, Alvina Foisy se dedica a hacer bolas de nieve.

Cómo contabilizar actitud y fuerza de voluntad

Esta pequeña aventura explica parte del secreto de su longevidad, en la que ejercicio físico e improvisación en nuevas actividades juegan un papel, pero también lo hacen la actitud, la fuerza de voluntad y otros fenómenos de la conducta difíciles de estudiar en términos científicos, dada su subjetividad.

La neurociencia y las ciencias de la conducta se encuentran en la misma disyuntiva que la filosofía: cómo explicar fenómenos de la conciencia donde se combinan aspectos que tienen un origen químico (o son reducibles a referentes de origen físico, tales como el ejercicio, la actividad cotidiana o la alimentación), mientras otros se escurren en acontecimientos de la conciencia sobre cuyo origen hay todavía poca certidumbre científica.

Los estudios sugieren al menos que habría actividades más complejas (aprender un instrumento, aprender un idioma, jugar al ajedrez, bailar, así como otras actividades introspectivas -por ejemplo, meditar, leer, contemplar una obra de arte, mantener una conversación sugestiva, acudir a una obra de teatro, etc.-), que requerirían un mayor esfuerzo de readaptación y reinterpretación constantes, lo que reforzaría la plasticidad neuronal.

El ejercicio físico produciría beneficios similares.

Emergentismo: la conciencia es más que la suma de neuronas

Hasta aquí, todo mantiene coherencia y los artículos sobre la temática garantizan su popularidad… Hasta que otros estudios rechazan parcialmente esta relación entre aprendizaje introspectivo, ejercicio y retraso del envejecimiento neuronal (¿y, por tanto, de nuestra conciencia?; ¿o acaso no es reduccionista equiparar neuronas con conciencia?).

El concepto filosófico y científico de emergentismo contrarresta la simplificación dualista recordando que, a menudo, un sistema o es reducible a la suma de las propiedades o procesos de sus partes constituyentes (no podemos tomar la temperatura de una habitación midiendo una molécula que se encuentre en este espacio, ni comprender la “inteligencia” de un hormiguero o un termitero sumando sus hormigas o termitas).

Un ejemplo de la información contradictoria acerca de los métodos mencionados para frenar el deterioro cognitivo del envejecimiento:

  • mientras Time citaba en agosto de 2015 un estudio para exponer que ejercitarse no mantiene joven a nuestro cerebro…
  • la bitácora Well de The New York Times cita otro estudio esta misma semana que diría lo contrario y reafirmaría la relación entre ejercicio y salud cerebral.

Entender la senescencia para aprender a envejecer

Gracias a Internet, es más fácil que nunca crear información a medida a partir de hipótesis que el autor favorece, sea de manera consciente o inconsciente; este fenómeno, conocido como sesgo de confirmación, demostraría que existe una tendencia generalizada a favorecer las propias creencias o hipótesis, y a descartar o perjudicar las tesis contrarias.

Filósofos y, más recientemente, sociólogos, han estudiado este tipo de fenómeno, combinando neurociencia con ciencias de la conducta e incluso historia del arte y de la literatura. El recientemente desaparecido historiador y filósofo francés afincado en California René Girard dedicó su carrera a explorar la tendencia humana a desear lo mismo que las personas admiradas, así como a comportarse “como una turba” (también defendiendo opiniones y puntos de vista).

Este comportamiento gregario es también observable en la creación de información, de manera que noticias acerca de la relación entre plasticidad neuronal, ejercicio físico y envejecimiento cognitivo incluirán uno u otro estudio, en función de la conclusión que uno quiera creerse, sea de manera consciente o por sesgo de confirmación (¿por deseo mimético?).

Ejercicio aeróbico y cerebro

El estudio que pone en duda la relación entre ejercicio físico y salud cognitiva fue publicado en la revista JAMA y dirigido por Kaycee Sink, entre 1.635 personas sedentarias de 70 a 89 años; mientras que el mencionado por Gretchen Reynolds en Well fue dirigido por Hideaki Soya (Univesidad de Tsukuba, Japón) entre 60 hombres de 64 a 75 años, y se publica en enero de 2016 en la revista NeuroImage.

Los resultados de un estudio no sólo dependen del tamaño de una muestra, sino del propio diseño de la prueba, que depende de mediciones y baremos en ocasiones más interpretables de lo que sería deseable.

Los estudios neurocientíficos suelen combinar mediciones con escáner cerebral y métodos más tradicionales, y a menudo son catalogados como “indicativos”, o más adecuados para señalar una tendencia que para confirmar una hipótesis de manera inequívoca.

El estudio realizado en Japón sugiere que “el mayor ejercicio aeróbico es asociado con una función cognitiva mejorada mediante una activación lateralizada frontal en adultos mayores”.

En busca de estudios holísticos

La gente mayor en forma necesitaría, por tanto, menos recursos para completar tareas que el cerebro de personas de la misma edad en baja forma.

El estudio mencionado por Time no había observado una diferencia clara entre la actividad cerebral detectada entre los participantes que habían realizado ejercicio físico moderado durante dos años y los que, en el mismo período, habían cursado un programa educativo sobre salud y bienestar que no implicaba ejercicio físico.

¿O será que quienes se sometieron a estas pruebas cognitivas “no físicas” entrenaron su neuroplasticidad, logrando resultados cognitivos similares al grupo que hizo ejercicio físico?

by nicolas.boullosa

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Arquitectura flotante: casas + baratas, adaptables y móviles

Thu, 17 Dec 2015 06:51:11 -0500

La arquitectura flotante no abandonará su nicho minoritario en mucho tiempo, pero una tormenta perfecta de acontecimientos y tendencias la sitúan en un lugar estratégico para muchos innovadores.

Conceptualmente, un edificio capaz de flotar ya se ha adaptado a distintos fenómenos que crecerán en las próximas décadas, empezando por un clima más extremo e impredecible, incluyendo un aumento de las temperaturas y el nivel de las aguas.

Los edificios flotantes no están sujetos al coste especulativo del suelo y sus consecuencias, mientras la ausencia de cimientos garantiza su movilidad y flexibilidad legal, al evitar la mayoría de engorros legislativos de los códigos de edificación.

Un campo de pruebas para el futuro

Los edificios flotantes son, dicen críticos y arquitectos, una modalidad especialmente adecuada para experimentar con estilos y técnicas arquitectónicas, materiales y conceptos con visión de futuro, tales como viviendas flotantes modulares que puedan constituir comunidades flotantes flexibles, capaces de agregar o liberar sus unidades integrantes.

También hay proyectos que muestran tanto la potencial autosuficiencia motriz y energética de viviendas que, técnicamente, combinarían técnicas de construcción, funcionalidad y navegabilidad propias de un vehículo marino, y la versatilidad (en materiales y diseño) de un anfibio: impermeabilidad, resistencia y modularidad para permanecer en tierra o en el mar.

Ya hay propuestas para crear tanto edificios como ciudades enteras a partir de atributos híbridos, a medio camino entre las islas artificiales y las viviendas flotantes tradicionales.

Emergencia y arquitectura flotante

Las superestructuras flotantes compuestas por unidades -anfibias o no- con igual o distinto tamaño y características responden al ideal del emergentismo, una teoría que expone que muchos sistemas tienen propiedades complejas (o “inteligentes”) superiores y no reducibles a la suma de sus unidades.

Según la teoría filosófica de la emergencia de sistemas, del mismo modo que un hormiguero es más complejo que la suma de la inteligencia de sus hormigas, un barrio o ciudad flotante sería más “inteligente” y adaptable que una vivienda-bote a la deriva.

Colonias en alta mar, nuevas técnicas y materiales

El atractivo de la arquitectura flotante no acaba aquí: su flexibilidad y dependencia de un medio cambiante como cualquier entorno acuático convierte a cualquier estructura compleja en este medio en un campo de pruebas para, por ejemplo,

  • crear colonias en alta mar que se constituyan, por ejemplo, en Estados libertarios (al poder someterse, al menos sobre el papel, a la Convención de Derecho del Mar, según la cual cualquier estructura por encima o debajo de la superficie en estas aguas se rige según las normas de la bandera que hondee);
  • y experimentar con estructuras y tecnologías que sirvieran para colonizar otros planetas cuya superficie fuera líquida: según la propia Convención de Derecho del Mar, en aguas internacionales se garantizan las libertades de navegación, sobrevuelo, tendido de cables y tuberías bajo el agua, construcción de islas artificiales y otras estructuras, pesca e investigación científica.

¿”Colonizar” la alta mar?

El concepto “seasteading”, o colonización de aguas internacionales para, por ejemplo, crear ciudades y países utópicos, es recurrente en las últimas 2 décadas, después de que hace ya algún tiempo emprendedores de Silicon Valley contemplaran la posibilidad de experimentar con “islas o ciudades flotantes”.

A diferencia de las “micronaciones” o “Estados pirata”, tales como el fuerte marino abandonado en la costa de Suffolk, Inglaterra, que da sentido al -no reconocido por nadie- Principado de Sealand, la arquitectura flotante no tiene por qué defender de pilares o anclajes permanentes en el fondo del mar, favoreciendo así el desplazamiento según las estaciones, condiciones climáticas, situación geopolítica, etcétera.

El término “seasteading” (combinación del vocablo que designa el modelo de asentamiento de los emigrantes europeos en Norteamérica, “homesteading”, con la referencia marina) fue usado por primera vez a principios de los 80, pero su popularización llega con un artículo de Wayne Gramlich en 1998, 3 años después de que Waterworld, el filme de Kevin Kostner sobre piratas en un inundado mundo post-apocalíptico, fracasara en crítica y taquillas.

Sobre explorar la arquitectura marítima antes que la espacial

Diez años después de describir el potencial de lo que llamó “seasteading”, o colonización marina, el propio Gramlich cofundó con Patri Friedman el Seasteading Institute, organización surgida para crear comunidades autónomas y móviles en alta mar y regirse, de este modo, por el convenio de aguas internacionales.

Pese al interés inicial de la prensa y de emprendedores con la credibilidad del cofundador de Paypal, inversor de capital riesgo y ensayista Peter Thiel, el Seasteading Institute no ha logrado avances significativos.

Thiel, autor del influyente ensayo sobre innovación Zero to One, ha invertido al menos medio millón de dólares en la organización. Thiel, que se ha convertido en uno de los pensadores y futurólogos más respetados de Silicon Valley, mencionaba en un artículo de 2009 la colonización marina como una de las fronteras humanas en las próximas décadas, siendo las otras dos la evolución de Internet y la exploración y colonización espacial.

La conexión de la arquitectura acuática y Silicon Valley

Otra influyente personalidad de Silicon Valley y también cofundador de Paypal, Elon Musk, que combina la dirección de Tesla con la empresa espacial SpaceX, parece avanzar en la labor de abaratar los viajes más allá de la atmósfera terrestre con lanzaderas reusables, además de exponer en la prensa ideas como el transporte público terrestre de alta velocidad Hyperloop.

Peter Thiel, por el contrario, dedica su labor al capital riesgo y a cometidos más intelectuales, desde dar clases en Stanford a la ensayística, además de codirigir la firma de capital riesgo Founders Fund, pero no insiste su idea de colonizar la alta mar y se centra en temáticas que quizá considere más urgentes, como la energética.

Su visión libertaria y habilidad por sacar réditos intelectuales de llevar la contraria le ha animado recientemente a defender la desregulación parcial de la energía atómica en un artículo para The New York Times, pues si esta tecnología resuelve sus limitaciones actuales (coste y residuos radiactivos) podría contribuir a reducir las emisiones de efecto invernadero.

Pero no hay artículo de calado en defensa de las colonias libertarias en alta mar.

Un mundo sin islas flotantes libertarias

Sea como fuere, con o sin “seasteading” a medio plazo, la temática gana presencia en publicaciones arquitectónicas, atentas tanto a proyectos prefabricados de gran envergadura como a pequeñas estructuras DIY o diseños asistidos por ordenador.

En *faircompanies también hemos dedicado artículos a la temática (2 reportajes sobre “seasteading”, y otro con una mirada algo más genérica sobre “ciudades charter” o autónomas en cualquier entorno) y seguimos su desarrollo, aunque de momento no hemos podido rodar más que vídeos con viviendas flotantes (la mayoría proyectos DIY), al no haber todavía colonias flotantes en alta mar.

Coincidiendo con la Cumbre del Clima de París (COP1), en Dezeen citaban a la arquitectura flotante como una respuesta no sólo adaptativa a la subida del nivel del mar, sino como una oportunidad para crear desde cero “un modo de vida mejorado”.

Crece el interés entre académicos y arquitectos

La arquitectura acuática no recibe sólo el interés de aficionados a la futurología, “survivalistas” que sustituyen la fobia nuclear por los acontecimiento de clima extremo, o jóvenes diseñadores apostando por “renderizaciones” (imágenes en 3D) imposibles que sean captadas por alguna bitácora en ascenso.

Además de inversores de capital riesgo interesados por el futuro de la humanidad, como el mencionado Peter Thiel, académicos de prestigio y arquitectos consolidados también se interesan por la tendencia. Es el caso de Tracy Metz (Harvard) y el arquitecto británico conocido para *faircompanies Carl Turner (vídeo de Kirsten Dirksen en la sede de su firma), respectivamente.

Mientras Tracy Metz ha dedicado los últimos años a investigar edificios, urbanismo e infraestructura en entornos acuáticos o en lugares con riesgo de inundación, Carl Turner cree que el Reino Unido podría usar miles de canales y cursos de agua para estacionar casas y oficinas flotantes.

¿Arquitectura flotante para solucionar problemas urbanísticos?

A principios de año, Turner presentó el diseño y los planos de una casa flotante prefabricada, moderna y minimalista bajo licencia de código abierto.

Tracy Metz cree que la arquitectura y el urbanismo en entornos acuáticos, semi-acuáticos o en riesgo de inundación a medio plazo son uno de los principales incentivos donde se produce la auténtica innovación.

Otra firma británica, Baca Architects, presentó en 2014 una “vivienda anfibio”, así como casas-bote prefabricadas, diseñadas en colaboración con una firma holandesa de botes prefabricados. 

Estos botes-vivienda, dicen en el estudio británico, podrían surcar los históricos canales y cursos fluviales del Reino Unido, la mayoría en desuso o infrautilizados en zonas con escasez de viviendas y precios desorbitados como el Gran Londres.

Aprender de los precedentes

Según Richard Coutts, cofundador de Baca Architects, la arquitectura acuática tiene mucho que aprender de la experiencia holandesa en la histórica adaptación del país, tanto colectiva como individual.

Algunos críticos (Dezeen menciona al profesor Matthew Butcher, de la escuela de arquitectura londinense Barlett) creen que la arquitectura flotante del futuro debe aprender de modelos existentes, como el mercado especializado de fabricantes de barcas-vivienda en Holanda, pero la mera copia frenaría el potencial de innovación en el sector. 

La convivencia con el aumento del nivel del agua no es una batalla imposible ni mucho menos perdida de antemano, como demuestra la respetuosa y a la vez implacable cultura holandesa para proteger buena parte de sus localidades urbanas junto a zonas de riesgo, algunas de las cuales se encuentran bajo el nivel del mar. 

Adaptarse a los acontecimientos extremos

La experiencia de Venecia con el mar desde la Alta Edad Media es el otro ejemplo europeo de envergadura. En ambos casos, tanto en las ciudades holandesas como en la ciudad italiana, se han combinado grandes acciones públicas para detener el avance del agua (sobre todo, diques), así como una adaptación urbanística a la nueva realidad: los canales sustituyen a menudo a las vías sobre el nivel del mar.

En tiempos más recientes, acontecimientos climáticos traumáticos han mostrado la otra cara del clima extremo y el potencial destructivo de huracanes y grandes tormentas: Katrina y la falta de planificación en el golfo del Misisipí contribuyeron a la inundación y práctica destrucción de Nueva Orleans, mientras que Sandy devastó las construcciones más desprotegidas de la costa de Nueva Jersey.

Pero las consecuencias y el recuerdo de los efectos de Katrina y Sandy no han caído en saco roto. Otra zona con riesgo permanente de inundación y especialmente vulnerable a la subida del nivel del Mar, el sur de Florida, planea a gran escala para evitar que la línea de playa de Miami desaparezca en la próxima supertormenta en la zona.

¿Puede Miami flotar en el futuro?

Para lograrlo, el alcalde de Miami refuerza cimientos, eleva carreteras e infraestructuras y se ha asegurado de que los nuevos edificios se eleven a mayor nivel, pero la ciudad y su área metropolitana se hunden frente al nivel del agua y Miami Beach es uno de los lugares con mayor riesgo de inundación de Norteamérica.

El pequeño boom económico que vive Miami esconde una vulnerabilidad que preocupa a políticos, técnicos, urbanistas, geólogos y arquitectos.

No hay planes maestros irrefutables, y en ocasiones la falta de acción tiene tanto que ver con la falta de memoria como con la incapacidad para planificar ante riesgos potenciales. 

Entre las actitudes, destacan: tratar de resistir (Holanda, Venecia), abandonar una zona a su suerte climática para que sea reclamada por las fuerzas de la naturaleza (Golfo de México), o adaptar el urbanismo, la arquitectura, la infraestructura y las comunicaciones para reducir la fragilidad de una zona de riesgo (Miami).

Futuro

Mientras tanto, un nuevo barrio de viviendas flotantes nace en el río Ij a su paso por Ámsterdam; de cumplirse las previsiones, el barrio flotante desplegará 18.000 viviendas.

El siguiente paso, según la opinión del inversor Peter Thiel o el arquitecto Carl Turner, entre otros, es crear edificios y ciudades flotantes.

En su ensayo corto La educación de un libertario, Peter Thiel cree que la colonización del mar es más realista que la del espacio y podría empezar de forma inminente, siempre que existiera el interés real de innovadores e inversores.

Sobre esta posibilidad, Thiel escribe: “Quizá hayamos alcanzado el grado en que [crear colonias en el mar] es viable económicamente, o en el que pronto será realizable. Es un riesgo realista”.

Realista o no, realizable o no, las previsiones sobre el aumento de acontecimientos de clima extremo y la subida del nivel del mar se están cumpliendo e, históricamente, las sociedades y lugares con mayor capacidad de adaptación han florecido pese a las dificultades.

10 proyectos de casa flotante

A continuación recopilamos los diseños y edificios construidos para flotar en el agua y facilitar tanto la respuesta a emergencias climáticas como la movilidad.

1. Casa flotante de código abierto, moderna y con membranas laterales translúcidas para jardines verticales y climatización, por Carl Turner

2. Floatwing (Universidad de Coimbra): Casa flotante prefabricada con estructura metálica y fachada acristalada diseñada para facilitar la transportabilidad

3. Amphibious House: casa unifamiliar con tejado a dos aguas, estructura metálica y comportamiento anfibio (se eleva sobre los cimientos durante inundaciones)

4. Exbury Egg: pequeña casa flotante de madera en forma de huevo para estudiar la ecología del estuario de Beaulieu (Reino Unido), por PAD Studio, SPUD Group y Stephen Turner

5. Propuestas casas-barcaza prefabricadas con diseño moderno como viviendas asequibles en los canales londinenses, por Baca Architects

6. Walden Raft: pequeña estructura con tejado a dos aguas y estructura translúcida de pina y vidrio acrílico flotando sobre el lago francés de Gayme (Auvergne) como conmemoración artística de la cabaña de Thoreau en el lago Walden

7. Casa flotante con de diseño moderno y minimalista con frontal acristalado a lo largo de una terraza-muelle en el río Amstel a su paso por Ámsterdam, por +31 Architects

8. Watervilla de Omval: vivienda flotante, alargada y minimalista con frontal acristalado y cubierta a dos niveles, por +31 Architects

9. Concepto de ciudad flotante en forma de isla fractal con infraestructura y servicios sobre y bajo el nivel del agua, por AT Design Office

10. Escuela flotante Makoko con estructura translúcida a dos aguas de madera reciclada y bambú para escolarizar a niños del “distrito flotante” de Lagos (Nigeria)

by nicolas.boullosa

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A spaghetti western on lean urbanism (documentary)

Mon, 11 May 2015 00:00:00 -0400

What makes a good shelter? For thousands of years we’ve been attempting to regulate the idea. Even the bible had building codes. The book of Deuteronomy mandates railings on roofs to prevent falls. After the great London fire of 1666, cities began creating stricter regulations for how we build. Over the centuries the codebooks have only grown thicker.

It’s undeniable that building codes have saved lives, but something has changed over the past couple decades. Now thanks to the Internet the average homeowner has unlimited access to building techniques (both traditional and experimental) so we’re experimenting more than ever, often without regard for the rulebooks.

I have been filming stories with rule-bending builders for years now and I keep hearing about their promised land: sparsely inhabited parts of the U.S. (states like New Mexico and Texas) where there are no, or few, building codes.

I decided to seek out the renegades of this codebreakers utopia, so I organized a family road trip through the American Southwest in hopes of finding out what these revolutionary builders could teach us about smarter shelters.

* Music by Charles Humenry. Additional music (Marfa) by Sahil Jindal.

** Featuring Paolo Soleri (Arcosanti), Brad “Darby” Kittel (Tiny Texas Houses), Patrick Kennedy (CITYSPACES microapartments, Panoramic Interests), John Wells (Field Lab), Luke Iseman (Boxouse), Tom Duke (Earthships Biotecture), Stephanie Schull (shelter program, Frank Lloyd Wright School of Architecture), Ben Berto (principal planner, Marin County), Johnny Sanphillippo (granolashotgun.com, mortgage-free home), Begin Tollas family (Arcosanti), Rawaf al Rawaf (Arcosanti), Mimi Webb Miller (Terlingua Ghost Town)

by kirstendirksen

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Stockholm family wraps home in greenhouse to warm up weather

Tue, 10 Nov 2015 14:39:22 -0500

The average temperature in Stockholm in January is -3°C (27°F). For Marie Granmar and Charles Sacilotto it can be much warmer thanks to the greenhouse that blankets their home.

“For example at the end of January it can be -2°C outside and it can be 15 to 20°C upstairs,” explains Sacilotto. He was inspired to build a house-in-a-greenhouse through his relationship with architect Bengt Warne who began designing the first Naturhus (Nature House) in 1974*.

Originally Sacilotto looked for an empty lot to build an entirely new Naturhus, but he eventually settled on an old summer house on the Stockholm archipelago. Using Warne’s design, he covered the small summer home, plus an addition, in 4 millimeter glass. The footprint of the greenhouse is nearly double that of the home, leaving plenty of room for a wrap-around garden, and since inside the bubble it’s a Mediterranean climate, the couple now grow produce atypical for Sweden (e.g. figs, tomatoes, cucumbers).

The favorite spot is the glass-covered roof deck. Since there’s no longer need for a roof, the couple removed it and now have a large space for sunbathing, reading or playing with their son on swings and bikes.

The greenhouse isn’t the only novel point to the Granmar-Sacilotto home. They are also completely independent from city sewage. Built by Sacilotto- an engineer by training-, the sewage system begins with a urine-separating toilet and uses centrifuges, cisterns, grow beds and garden ponds to filter the water and compost the remains.

As Sacilotto explains, “It’s not just to use the nature, the sun and the water, but… it’s all a philosophy of life, to live in another world, in fact.” 

His mentor Warne described this other world as another dimension. “Living in a greenhouse gives architecture a fourth dimension, where time is represented by movements of naturally recycled endless flows of growth, sun, rain, wind and soil in plants, energy, air, water and earth. I call this NATUREHOUSING.”

* In the video, Granmar mentions architect Bengt Warne’s influence in the 1990s since this is the date he reached a larger audience with his book release.

by kirstendirksen

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